Museo de la Ciencia Nemo

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El Museo Nemo de Ámsterdam (Centro de la Ciencia NEMO), como se llama, es sencillamente una visita obligada para los padres a los que les gusta visitar con sus hijos cuando llegan a Ámsterdam.

De hecho, la idea de crear un museo NEMO, tal y como aparece en su forma actual, surgió de sus creadores en algún momento, con algunos proyectos fallidos. Construido sobre un promontorio artificial en el río Oosterdok, se encuentra a 1 km de la estación central de Ámsterdam.

El edificio fue diseñado por el famoso arquitecto italiano Renzo Piano y construido en 1997. Tiene 5 plantas y es la quinta atracción más visitada de los Países Bajos.

El edificio no es apto para todo lo que sucede en su interior, sobre todo porque el «interior» no está cubierto (oculto) por la decoración y se puede ver con detalle de qué está hecho: revestimientos, tuberías, etc.

La terraza abierta en la última planta del museo es uno de los lugares con vistas panorámicas de la ciudad, y un lugar ideal para tomar una foto como recuerdo de un viaje a Ámsterdam.

Pequeños y mayores pueden jugar, literalmente, y aprender de forma accesible cómo funcionan las leyes de la física o la genética, por ejemplo.

Casi todas las exposiciones del museo son interactivas, por lo que se puede imaginar claramente cómo se crea un tornado, pero los experimentos con fuego los realizan los adultos, por razones de seguridad, claro.

La ilusión óptica le permite ser más pequeño que su propio hijo.

A medida que el museo sube de planta, aumenta la complejidad de las exposiciones y la «edad» de los usuarios. Observa cómo el niño se concentra, intentando superar la atracción gravitatoria del imán.

En este laboratorio, con batas y gafas, niños y padres, con tubos de ensayo y frascos en manos de entusiastas químicos, realizan experimentos para transformar una sustancia en otra.